El cheesecake es muy fácil de preparar, se adapta bien a cualquier ocasión. Y en particular ésta receta es la versión final de una serie de pruebas que realicé durante mucho tiempo. Tiene el balance justo entre la cremosidad del relleno y lo crujiente de la base.
Ingredientes:
500 gr de queso crema, preferiblemente uno de textura firme
150 gr de crema de leche
1 vaina de vainilla ó 1 cucharada de extracto
160 gr de azúcar
1 huevo
2 yemas
300 gr de migas de galletitas dulces
100 gr de manteca derretida
Para preparar la base de la torta sólo hay que unir las migas de galletitas con la manteca derretida hasta formar una pasta similar a la arena mojada.
Colocarla en un molde para torta que tenga un aro desmontable. Distribuirla bien por toda la superficie y presionar con lo dedos hasta que quede bien lisa.
Llevar a la heladera.
Relleno:
Colocar en un bowl el queso crema, la crema de leche y el azúcar. Abrir la vaina de vainilla al medio y con la punta de un cuchillo retirar todas las microscópicas semillitas de su interior y agregrarlas a la mezcla anterior.
Batir hasta integrar bien y agregar de a uno primero el huevo y luego las yemas. Usar preferentemente batidora eléctrica para conseguir una textura bien cremosa.
Retirar de la heladera la base y colocar la preparación cremosa por encima. Emparejar y llevar al horno.
La temperatura del horno debe ser suave, el cheescake se cocina durante 45 minutos a horno mínimo.
Lo retiramos y lo dejamos a temperatura ambiente, una vez frío lo llevamos a la heladera.
Para la cubierta se pueden poner frutas naturales un poco machacadas ó una rica mermelada bien brillante.
Tip:
Si utilizaron vainilla natural luego de retirar las semillitas no tiren la vaina.
La pueden guardar en un frasco con azúcar y en un tiempo tendrán azúcar con perfume a vainilla. Ideal para endulzar el té ó preparar crema batida.
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