Hay un cocinero australiano que se llama Bill Granger que hace platos realmente ricos y sencillos.
Me encantan sus recetas y la de hoy es una adaptación de su torta invertida de duraznos.
Este verano me sorprendieron las peras, tan dulces y jugosas que se me ocurrió usarlas para esta receta.
Pocos ingredientes, facilísima de hacer y exquisita.
Un tip...comerla tibia, recién horneada con un poco de helado de vainilla!!!!
Ingredientes:
4 ó 5 peras depende el tamaño del molde a utilizar
100 gr de manteca
1 taza de azúcar
4 yemas
4 claras
extracto de vainilla
1 y 1/4 de taza de harina 0000
Un poco de azúcar y manteca extra para el molde
Elegir unas lindas peras que estén maduras pero no demasiado blandas.
Pelarlas y retirarles el centro. Reservar.
Tomar un molde teflonado y untarlo con manteca, luego espolvorearlo con una capa de azúcar y colocar las peras.
Batir a mano o con máquina la manteca y el azúcar hasta que formen una pasta cremosa. Perfumar con vainilla.
Agregar las yemas y reservar.
Por otro lado batir las claras a punto nieve, bien firmes.
A la mezcla de manteca, azúcar y yemas agregar de un solo paso toda la harina previamente tamizada.
Por último y en tres veces agregar a la mezcla anterior las claras a nieve.
Mezclar muy suavemente para no bajar el batido.
Disponer la pasta sobre las peras y llevar al horno.
Cocinar a 180° por 25 minutos, horno precalentado.
Cuando esté doradita, retirar y esperar a que baje un poco la temperatura para desmoldar sin problemas.