Esta es la tarta preferida de mi papá, siempre me pide que se la prepare.
Es tan fácil que hasta un novato en la cocina la puede hacer sin correr riesgos.
Son pocos ingredientes y rapidísima.
Podemos mezclar todo en batidora o hacerlo de forma manual, el resultado es el mismo...
Rico, rico!!!!
Una masa tierna que se deshace en la boca, queda genial con el dulce de leche.
Y si sobra la podemos usar para hacer unas pepas de membrillo.
Ingredientes:
500 gr de harina leudante
200 gr de manteca
200 gr de azúcar
1 huevo
1 yema
400 gr de dulce de leche repostero
100 gr de chocolate semiamargo
Si bien la frola parece una tarta rellena, no lo es.
La diferencia está en la masa. No es un sablé clásico, crocante y finito.
Es una masa más suave y algo esponjosa.
Para empezar mezclar la manteca y el azúcar hasta formar una crema. Podemos perfumar con extracto de vainilla o de almendra.
Agregar el huevo entero y la yema, integrar.
Por último de una sola vez incorporar la harina y formar la masa. Si fuera necesario podemos agregar un poco de leche o agua.
Esta masa tiene una textura muy suave y tierna, no es fácil de estirar, se rompe con mucha facilidad.
Por eso la mejor manera de forrar el molde es tomar pequeñas porciones y con los dedos presionar hasta cubrir toda la superficie.
Es recomendable usar un molde antiadherente.
Una vez listo llevar a la heladera por media hora.
El resto de la masa estirarlo con cuidado y cortar tiras para la cubierta.
Para el relleno sólo tenemos que derretir el chocolate y mezclarlo con el dulce de leche.
Obviamente podemos cambiar de sabor y usar dulce de batata, membrillo o guayaba.
Cuando la masa de tarta esté bien fría colocar el relleno y las tiras de la cubierta.
Volver a la heladera por media hora más.
Precalentar el horno a 170° y cocinar por 30 minutos.
