Hace un tiempito preparé una conserva de limones y hoy llegó la hora de disfrutarlos en una receta más que fácil.
Los limones preparados de esa manera tienen la virtud de transformar un plato simple en uno gourmet.
Con la cocción se caramelizan, se ponen crocantes, intensos. Nada parecido a lo que conocemos.
Si bien son típicos de la cocina de medio oriente se pueden agregar a infinidad de platos, especialmente para aves y pescados.
Esta en una receta sin receta, se trata de juntar sabores amigos. Hierbas, olivas y algo más...
Primero empecemos con los limones, tenemos que hacer lo siguiente:
Retirarle la pulpa, ella concentra demasiado el sabor de la sal y no queda muy rica.
Lo mejor es la cáscara del limón se vuelve suave, casi transparente y super gustosa.
La podemos cortar en gajos o en una juliana.
Luego, cortar un pollo en presas.
A mi me gusta sacarle la piel, pero la pueden dejar sobre todo si es un pollo ecológico.
Colocarlo en una fuente para horno, agregar tomillo y romero fresco, un diente de ajo rallado y
olivas negras picaditas.
Por último los pedacitos de limón y un poco de aceite de oliva para terminar de unir todo.
Cuidado con la sal, tener en cuenta que las aceitunas y el limón aportan una buena cantidad. Pero no olvidarse de la pimienta negra.
Cocinar en el horno hasta que el pollo esté bien dorado.
