Cuando estamos de vacaciones siempre rompemos la dieta y comemos de más.
Eso es lo que me pasó a mí estos días. Desayunaba y merendaba con muffins de arándanos ó de chispas de chocolate. De postre casi siempre helados, y mejor no sigo enumerando porque me voy a sentir mal...
Pero bueno las vacaciones son para eso y más cuando estamos en otro país y podemos probar todos sabores nuevos.
Por eso ahora se viene una tanda de comida saludable... y arrancamos con unas ensaladas.
Por lo menos por unos días hay que hacer buena letra.
Una más que fácil y fresca:
Cortar en juliana bien finita unos bulbos tiernos de hinojo y repollo colorado.
Pelar y cortar a vivo gajos de pomelo rosado.
Agregar unas hojitas de tomillo fresco, que vá genial con los cítricos.
Condimentar con sal, aceite de oliva y el jugo del pomelo.
Otra opción un poco más suculenta:
En un bowl mezclar papines hervidos y cortados al medio, granos de choclo y arvejas también hervidas hasta que estén tiernas.
Agregar una palta cortada en cubitos y tomates cherrys en mitades.
Condimentar con aceite de oliva, jugo de limón, sal y pimienta.
La última con un toque bien agridulce:
Rallar un pepino y dejarlo en un colador con un poco de sal para que se deshidrate.
Una vez que perdío volúmen y sacó agua lo mezclamos con zanahoria también rallada y repollo blanco cortado en juliana finita.
Hacer una vinagreta con sal, vinagre de arroz, una cucharada de azúcar y unas gotas de aceite de sésamo.
