Para los que dicen que a la hora de comer no es bueno juntar pasta con carne vacuna, vamos a ver que tal funciona un rico estofado de pollo.
Y cuando digo rico quiero decir muy rico, sabroso y fácil, casi que se hace solito.
No me animo a declararlo bajas calorías porque no creo que encuadre en ese rango, pero podríamos decir que es saludable, con muy poco contenido de grasas.
Vamos a poner en una cacerola un chorrito de aceite de oliva, una cebolla picadita chiquita, un diente de ajo aplastado, dos latas de tomates perita cortaditos, no puré. Podríamos usar tomate natural, pero debe ser de muy buena calidad para que tenga rico sabor y no quede una salsa aguada y desabrida.
Un ramito compuesto de romero - salvia - tomillo - albahaca y demás hierbas que puedan tener a mano. Atar todo con un hilo para que al momento de sacarlo sea más fácil. También agregar unas hojitas de laurel, no más de dos.
Poner en un mortero sal gruesa, granos de pimienta verde y semillas de hinojo, moler un poco y usar para condimentar. Si le quieren dar un toque de picante pueden agregar algo de cayena.
Cuando está todo ese fondo de cocción dispuesto en la olla y aún frío agregar presas de pollo sin la piel y comenzar a cocinarlo a fuego fuerte hasta que rompa hervor y luego bajar a una llama chiquita.
Como quiero que la carne del pollo se deshilache separándose del hueso, lo vamos a cocinar por mucho tiempo, más o menos hora y media. Por eso la llama de la hornalla debe estar baja para que no se queme la salsa.
Una vez pasado ese tiempo, apagar el fuego y retirar el pollo. Sin quemarnos cortar en tiritas la carne, que sola se va a desarmar y regresarla a la salsa que va a estar bien concentrada y espesa.
Cocinar la pasta elegida, yo no tenía tiempo de amasar y usé mostacholes secos.
Si la salsa se redujo mucho y está muy espesa, se le puede agregar un poquito del agua de cocción de los fideos para aligerarla.
Luego unir todo y servir.
