Seguramente alguna vez habrán visto el famoso plato "pato pekin", es un pato cocido a las brasas en unos hornos especiales muy grandes. Los cuelgan del cuello y los pincelan varias veces con una salsa espesa y oscura que le dá una apariencia acaramelada y crujiente que es espectacular.
Se me ocurrió hacer algo parecido usando pollo y cambiando el método de cocción, haciéndolo más rápido y simple. Pero por suerte el resultado fue óptimo, una carne tierna que se desprende del hueso, con aromas y colores exóticos.
Ingredientes:
1 pollo cortado en piezas sin piel
jugo de 2 naranjas
8 cucharadas de salsa de ostras
2 cucharadas de salsa de soja
2 cucharadas de aceite de sésamo
1 cucharada de miel
jugo de 1 lima
1 diente de ajo rallado
Jengibre rallado
1 vaso de cerveza
2 cucharadas de polvo de 5 especias chinas
pimienta de sechuán
Colocar todos los ingredientes en un cuenco y mezclar bien hasta que se integren.
En una fuente amplia colocar las presas de pollo y bañarlas con la preparación anterior.
Tapar con un film plástico y llevar a la heladera. Debe reposar por 6 horas mínino, de un día para otro es mejor se obtiene un sabor mucho más pronunciado.
Retirarlo de la heladera 30 minutos antes de cocinar para que tome temperatura ambiente.
Colocar el pollo con toda la mezcla en una fuente para horno y cubrirla con papel aluminio a modo de tapa.
Llevar a un horno de 200 grados.
Cocinar tapado por 40 minutos y luego retirar el aluminio y dejar en el horno por 15 minutos más, bajando a 160 grados hasta que la salsa tome consistencia de caramelo.
El acompañamiento ideal sería un cuenco con arroz basmati, pero yo lo serví con papas al horno.
Colocá en una fuente para horno papas cortadas, tomates cherrys, hierbas frescas cortadas groseramente (romero - salvia - tomillo - oréganos) y un buen chorro de aceite de oliva.
Cocinar hasta que doren.
