Ricos, ricos, muy ricos...
Son una tentación para grandes y chicos. Pequeños bocaditos de pollo super crujientes. Un clásico del fast food norteamericano que podemos hacer en casa, y seguro van a salir más ricos que los de KFC (Kentucky Fried Chicken) el monopolio del pollo frito.
La gracia de éste plato es que el pollo debe quedar lo más crujiente posible.
Hay algunas recetas de chicken fingers que utilizan en lugar de pan rallado copos de maíz procesados, si!!! los cereales del desayuno. Pero para tal fin mi consejo es... ni cereales, ni pan rallado, usen Panko. El Panko es un pan rallado de origen japonés, son como escamas de pan lactal, super livianas y blanquitas. Se utiliza mucho para freir mariscos y pescados, y su textura queda genial. Se compra en tiendas de productos asiáticos, pero si tienen tiempo y ganas se puede hacer una versión casera bastante cercana a la original:
Secar en el horno fetas de pan lactal sin la corteza, en lo posible no deben tomar color tostado y luego hay que procesar hasta formar migas.
Para hacer los chicken fingers:
Primero cortar el pollo en tiras no muy finas, pasarlo por harina y retirar el exceso.
Batir un huevo con sal, pimienta negra y un poquito de granos de mostaza picados.
Pasar el pollo por el huevo y luego empanar con el panko.
Freir con bastante aceite hasta que estén doraditos.
Servir enseguida con alguna salsita para mojar. Quedan geniales con salsas picantes, agridulces o simplemente mayonesa.
